martes, 4 de septiembre de 2018

El beso

Fotografía: Harry Benson. Berlin kiss.1996.

A lo largo de mi vida he dado muchos besos. Besos de todo tipo y a mucha gente. Como todo el mundo que ha besado -y ha sido besado- sabe, los besos producen una agradable emoción y, dependiendo de la persona y las circunstancias, generan unas sensaciones u otras. Pero hay un tipo de beso especial o diferente que es el que nos damos como preludio sexual. Es el beso profundo, con lengua, que evidencia la pasión erótica. Cuando besamos a nuestra pareja, hacemos patente cual es nuestra intención inmediata. No significa lo mismo un casto besito en la mejilla delante de los padres que un morreo con intercambio de saliva en la intimidad del dormitorio. Todo esto viene a cuento porque he conocido a una persona que me ha cambiado totalmente la percepción de los besos que tenía hasta ahora y que yo creía que era de lo más normal y corriente. Es una mujer morena, un poco más joven que yo, que tiene la singular cualidad de ponerme inmediatamente la polla dura con cualquier tipo de beso. Quiero aclarar que sólo me pasa con ella y nunca antes me había pasado con nadie. Es igual que sea un beso en la mejilla, un piquito, un beso con lengua o sin ella, un beso en público o en privado, es igual, siempre noto una erección, ipso facto, que, según dónde sea, puede no ser bienvenida. Tengo entendido que los besos se dan con lengua por una cuestión evolutiva; cuando hay intercambio de saliva el hombre impregna de testosterona a la mujer haciendo incrementar el deseo sexual y favoreciendo, por tanto, la continuidad de la especie. En este caso y por alguna extraña razón, a mí me sucede lo contrario: ella me impregna de alguna hormona rara, o lo que sea, y me pone a mil por hora, incluso sin saliva.

+ info: ¿Porqué nos besamos?

1 comentario:

  1. Hay besos que producen desvaríos
    de amorosa pasión ardiente y loca,
    tú los conoces bien son besos míos
    inventados por mí, para tu boca.

    Gabriela Mistral

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