Te espero en el quicio de mi cueva,
cantando con las flores del jardín.
Cuando llegues; no me abraces.
¡Desnúdame la noche!
y acaricia mis sueños
con tu piel.
Qué contraste lírico entre la foto y los versos. En la primera, la piel mancillada contra un muro, que bien podría ser de las lamentaciones. Y luego el poema, un canto de entrega... suavemente perfumado de sueños ocultos envueltos en piel.
¿Y tu voz?... Marqués, eso es una cochina trampa de seducción :-)
Qué lujo, con voz y todo.
ResponderEliminar(Te van a salir pretendientas como descubran ésto) ;-)
Un abrazo
¡Ay, Mery! Esa es la intención. Es que no puedo negar que soy un libertino sin remedio.
ResponderEliminarUn beso cariñoso.
Qué contraste lírico entre la foto y los versos. En la primera, la piel mancillada contra un muro, que bien podría ser de las lamentaciones. Y luego el poema, un canto de entrega... suavemente perfumado de sueños ocultos envueltos en piel.
ResponderEliminar¿Y tu voz?... Marqués, eso es una cochina trampa de seducción :-)
Un beso.