domingo, 3 de septiembre de 2017

Sádico sexual

Fotografía: Marqués de Zas.

¿El sádico sexual nace o se hace? Es una pregunta que me he hecho muchas veces. No lo sé en el caso de los demás ni tampoco he encontrado información fiable sobre el asunto, pero en mi caso puedo decir que soy un sádico sexual de manual. De manual de parafilias, naturalmente. La palabra parafilia no me gusta porque tiene una connotación de trastorno mental desde un punto de vista popular. Me gusta más la palabra perversión, que era la que existía anteriormente en el guía de la American Psychatric Association. Una perversión sexual es básicamente un comportamiento sexual donde la fuente de placer proviene de objetos, situaciones, actividades o individuos raros. Un pervertido es, por definición, un rebelde. Yo añadiría que es, también, un curioso sin miedo a experimentar cosas diferentes de las que hace la mayoría. En el caso de los sádicos sexuales, la fuente de placer proviene de infligir cierto tipo de dolor (dolor erótico) en un contexto sexual.

Creo que el sádico nace y se hace. Hay que tener una cierta predisposición de carácter, pero tiene que haber, además, un incentivo (la oportunidad y la impunidad son buenos incentivos) para poder desarrollarse, como, por ejemplo, en la relaciones sadomasoquistas consentidas.

Yo descubrí mi sadismo bastante tarde. En realidad, no tenía la menor idea de poseer este tipo de perversión. Me percaté gracias a una escritora que se interesó por mis fotos, a la que conocí por Internet. Ella era masoquista practicante y fue la que destapó mi lado más oscuro. Al principio lo pasé bastante mal. Me costó aceptar que no era un monstruo y que podía disfrutar, sin ningún remordimiento, si encontraba el complemento ideal de cualquier sádico: una refinada y auténtica masoquista sexual.

He sido muy afortunado por haber conocido a tantos amigos (y amantes), que me han guiado y animado en este fantástico viaje al universo de los placeres alternativos y en el que sigo aprendiendo en buena forma mental y física. Que no es poco.

2 comentarios:

  1. Qué bien que hayas encontrado la mano que mece tu sadismo. En el fondo, entre monstruos anda el juego.

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  2. Olvidaba decirte que la foto es magnífica, como toda tu obra fotográfica ;-)

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