sábado, 21 de mayo de 2011

La etiqueta social en las orgías

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Fotografía de Claudia Rogge.

Ser invitado a una orgía es un privilegio que hay que saber aprovechar y, si es la primera vez, hay que procurar que el entusiasmo y la emoción no echen a perder una velada que posiblemente será inolvidable. Algunos amigos me han preguntado: ¿si me invitan a una orgía, cómo tengo que comportarme para pasarlo bien y no hacer el ridículo?

En mi opinión, una orgía es en esencia lo mismo que cualquier otro evento social. Es una fiesta donde los invitados van a pasarlo bien, establecer nuevas relaciones y disfrutar de ellas. Es de sentido común que, si quieres que te conozcan, tienes que parecer interesante, ser amable y hacer sentirse cómodos a los que te rodean. Y como no hay mejor forma de conocer a alguien que por sus modales, yo aconsejo comportarse igual que en cualquier otro acontecimiento. La única diferencia es que en una orgía nos relacionamos sexualmente, en vez de hacerlo bailando o conversando. Cómo dice una amiga mía, profesora de protocolo, conocer la etiqueta, hace que nuestro comportamiento se haga desde la libertad y no desde la ignorancia.

Para los que van por primera vez a una orgía en una casa privada, (otro día hablaré de los locales públicos) aconsejo lo siguiente:

Ir correctamente vestido y muy bien aseado. Quiero decir, que hay que vestirse como cuando se va a cualquier fiesta. Ir en chándal no es correcto, aunque pienses que, cómo te vas a despelotar, no se van a fijar en la ropa.

Llegar con puntualidad. Ser puntual no es llegar antes de la hora de la cita, es llegar a la hora o un poco más tarde, no más de quince minutos. Si llegas antes, puedes pillar a la anfitriona con los rulos. Si te vas a retrasar más de quince minutos, es inexcusable llamar por teléfono.

Presentaciones y saludos. Lo primero es presentarse a los anfitriones. Es conveniente (y correcto) hacerlo con el nick. Se entiende que quieras preservar tu identidad (nadie cree que soy un marqués de verdad, aunque podría serlo). Al presentarse, hay que dar también una información básica (si no la conocen ya) sobre nuestras tendencias sexuales y nuestras limitaciones. Ellos se encargarán luego de presentarnos a los demás invitados. Lo correcto es llevar algún presente. Yo suelo presentarme con una botella de champán.

Conversaciones. Se debe evitar preguntar sobre asuntos personales (si te dan un nick, es porque no quieren que les conozcas). Y desconectar el móvil.

La utilización de preservativos es obligatoria, y conviene no olvidarlo ni cuestionarlo, porque cualquiera de las dos cosas se considera una falta de respeto.

No es buena idea pagar a una prostituta para hacerla pasar por esposa o compañera. Si te descubren (y es relativamente fácil) se considerará como un insulto a los invitados y te invitarán a marcharte. Se correrá la voz y es una metedura de pata casi imposible de borrar.

Los anfitriones harán notar a los invitados cuando comienza la orgía propiamente dicha. Lo pueden hacer de palabra o empezando ellos. Es rechazable empezar antes que ellos. Tampoco es educado correr detrás de la chica o el chico más guapo de la fiesta, ignorando a los demás.

Seguramente antes de llegar a la casa, se habrá comunicado a todos los invitados las condiciones de la orgía, es decir, lo que se permite y lo que no está permitido hacer. Si se tienen dudas, hay que preguntar a los anfitriones. Como norma general hay que pedir permiso antes de tocar a otra persona y si no lo dan, no hay que insistir. Si en la orgía hay sumisos o esclavos, el permiso hay que pedírselo al Amo correspondiente.

De la misma forma que empieza la orgía, se termina, cuando lo comunican los anfitriones. No es de recibo seguir jadeando en un rincón, mientras los demás invitados están esperando que termines para despedirse. Es difícil que los anfitriones se olviden de ti, si tienes la cortesía de llamar por teléfono al día siguiente para agradecerles su amabilidad y el esfuerzo que conlleva organizar una fiesta de estas características.

Si todos los invitados hacen gala de buenos modales, la velada será un éxito, los invitados quedarán agradablemente satisfechos y los organizadores con ganas de repetir. Aunque sólo sea por eso, todos los libertinos deberíamos ser personas bien educadas.

5 comentarios:

  1. Aunque no tengo en mi agenda ninguna orgía, tomo nota. Veo que el comportamiento debe ser igual de correcto que una reunión cualquiera y haces muy bien en especificarlo...sobre todo lo del chandal ;-)

    Un abrazo

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  2. Pero Mery, este post no dice nada que no sepas. Tu exquisito buen gusto y natural elegancia es suficiente para que seas encantadora en cualquier fiesta. Incluso en una orgía.

    Con mi sincera admiración.

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  3. Es Usted Todo Sabiduría. Que me lo apunto, vaya.
    Buen blog. Que me lo guardo, vaya :)

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  4. La fotografía de Claudia Rogge es una fantasía preciosa desde luego. Tienes tan buen gusto Marqués !!.
    La orgía es una oportunidad de gozar, gozarse y ser gozado, que todos debiéramos experimentar alguna vez en la vida. Bravo !!.

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  5. Es una de mis grandes fantasías

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